Izkina nace de un sueño y una conexión profunda con Cozumel.
Esta casa, que antes estaba en ruinas, fue restaurada con paciencia y mucho amor para conservar su esencia original. Cada pared, cada detalle, fue cuidado para mantener viva la historia que guarda este espacio.
Las texturas naturales del chukum, los mosaicos hechos a mano, las puertas antiguas que ahora son cabeceras y las lámparas artesanales de Michoacán, reflejan no solo la cultura de la isla, sino también nuestras propias raíces y el cariño con el que construimos este refugio.
Aunque no somos nativos de Cozumel, esta isla nos tocó el alma desde el primer momento y nos impulsó a crear un lugar donde otros también pudieran sentir esa magia y esa conexión con la historia, la naturaleza y la gente.
Izkina es más que un hotel; es un espacio vivo que cuenta una historia de esfuerzo, pasión y autenticidad, un hogar lejos de casa para todos quienes buscan vivir Cozumel desde el corazón.
Antes de la restauración
Durante la restauración
El resultado final